Enfermedades Del Pericardio: Pericarditis constrictiva


13.3.- Pericarditis constrictiva

Como consecuencia de los procesos inflamatorios (virales, bacterianos,radiaciones, etc.) puede producirse como complicación
el engrosamiento, fibrosis y calcificación del pericardio.
Éste se torna rígido y puede llegar a interferir con el llenado del
corazón constituyendo una enfermedad de evolución crónica:
la pericarditis crónica constrictiva.
En general, la causa más frecuente es desconocida (pericarditis
constrictiva idiopática). Pero la pericarditis que más frecuentemente
evoluciona hacia pericarditis constrictiva es la tuberculosa.

Fisiopatología
- Alteraciones hemodinámicas: el pericardio fibrosado constituye
una "coraza" que aprisiona el corazón impidiéndole su
distensión diastólica. El impedimento al llenado diastólico
ventricular derecho tiene dos consecuencias:
• Es un obstáculo para el retorno venoso y condiciona una
elevación de la presión venosa.
• El ventrículo derecho no puede aumentar su gasto cardíaco, lo que explica la ausencia de hipertensión pulmonar.
El impedimento al llenado diastólico ventricular izquierdo

tiene dos consecuencias:
• Hipertensión telediastólica, que puede causar hipertensión
venocapilar pulmonar.
• Disminución del gasto cardíaco con caída de la presión
arterial.
- Alteraciones de la función auricular.
- Alteraciones de la función ventricular: en la pericarditis
constrictiva el corazón no puede aumentar su volumen diastólico,
se altera el mecanismo de Starling y no puede aumentar
el gasto cardíaco.

Clínica
Las manifestaciones características son producidas por la insuficiencia
cardíaca derecha.
- Síntomas generales: es frecuente la astenia, adinamia y anorexia.
- Exploración física:
• Signos centrales:
- El corazón suele ser de tamaño normal.
- Es característica la ausencia de soplos y la presencia de
un ritmo de 3 tiempos por aparición de un chasquido protodiastólico
pericárdico (Lyan).
• Signos periféricos de hipertensión venosa sistémica:
- Ingurgitación yugular y de las venas de la cara.
- Hepatomegalia congestiva dolorosa.
- Derrame pleural derecho o bilateral (60%).
- Ascitis recidivante.
- Edema de miembros inferiores.
- Red venosa colateral del abdomen.
- Pueden existir síntomas secundarios a la hipertensión
venocapilar (disnea de esfuerzo progresiva, incluso ortopnea).
• Signos de disminución del gasto cardíaco:
- Pulso de baja amplitud.
- Disminución de la presión sistólica con cifras normales de
presión arterial diastólica (disminución del pulso).
- Pulso paradójico de Kussmaul (MIR 98, 121). Consiste en
el aumento de la presión venosa central con la inspiración.
Aunque es un signo típico de la pericarditis constrictiva,
también puede observarse en la miocadiopatía restrictiva y
en el infarto del ventrículo derecho.
• Alteración del estado general:
- Adelgazamiento.
- Atrofia muscular.
- Otros signos de desnutrición crónica.

Diagnóstico
- Electrocardiograma: las alteraciones no son patognomónicas
pero con mayor frecuencia aparecen:
• Complejos de bajo voltaje.
• Alteraciones de la repolarización ventricular (isquemia
subepicárdica en derivaciones precordiales).
• Signos de crecimiento auricular y fibrilación auricular.
- Radiografía de tórax: el hallazgo de calcificación pericárdica
(50%), junto a un cuadro clínico sugestivo, establece con
gran certeza el diagnóstico de pericarditis constrictiva.
- Ecocardiograma: permite el diagnóstico diferencial con la
miocardiopatía restrictiva.
- RM: ve con más precisión el engrosamiento.
- Cateterismo: la presión diastólica en el ventrículo tiene una
morfología de raíz cuadrada o "dip platteau", siendo esto
muy similar a la miocardiopatía restrictiva, precisando a veces
biopsia para diferenciarlas (MIR 99F, 52).

Diagnóstico diferencial
Fundamentalmente debe hacerse con la miocardiopatía restrictiva
y la insuficiencia cardíaca, siendo procedimientos auxiliares
importantes la radiografía de tórax, la TAC, la RM, el ecocardiograma

y el cateterismo cardíaco.

Tratamiento
El tratamiento definitivo consiste en la pericardiectomía, de la
que la pericarditis constrictiva es la indicación más frecuente.
Se extirpa, habitualmente, el pericardio parietal comprendido
entre ambos nervios frénicos. Generalmente, puede realizarse
sin cirugía extracorpórea (MIR 07, 37). La mortalidad quirúrgica
se encuentra en torno al 11% y se relaciona con la clase
funcional preoperatorio. Algunos pacientes mejora inmediatamente
tras la cirugía, aunque otros tardan semanas o meses en
hacerlo por cierto grado de atrofia miocárdica.

Figura 6. Radiografía de tórax que muestra una calcificación del pericardio en una pericarditis constrictiva.



Enfermedades Del Pericardio: Taponamiento cardíaco

13.2.- Taponamiento cardíaco

Es un síndrome producido por un aumento de la presión intracardíaca
secundario al acúmulo de líquido en el saco pericárdico
que dificulta el llenado de los ventrículos y compromete el
gasto cardíaco.

Etiología
Las causas son las mismas que en la pericarditis aguda, aunque
las más frecuentes son las neoplasias, la pericarditis urémica y
las idiopáticas.

Fisiopatología
Cuando el derrame pericárdico llega a ser importante, impide
la dilatación diastólica del corazón y con ello el llenado ventricular,
lo que trae como consecuencia:
- Elevación de la presión venosa sistémica.
- Disminución de la precarga: produce como consecuencia la
caída del gasto cardíaco. Al principio es compensada con
taquicardia e incremento de las resistencias periféricas por
reacción adrenérgica, pero si el taponamiento aumenta, el
llenado diastólico disminuye tanto que aparece un franco
estado de colapso circulatorio con hipotensión y bajo gasto.

Clínica (MIR 03, 102; MIR 01, 50; MIR 00F, 53; MIR 97F, 50)
- Hipertensión venosa sistémica:
• Ingurgitación yugular (96%).
• Plétora de las venas de la cara.
• Importante elevación de la presión venosa central. Pulso
yugular con "x" prominente e "y" disminuida o ausente.
- Hipotensión arterial:
• Colapso circulatorio.
• Obnubilación mental.
- Reacción adrenérgica: taquicardia, sudoración, palidez, oliguria.
- Pulso paradójico (MIR): consiste en el descenso mayor de 10
mmHg en la presión arterial sistólica durante la inspiración. Es
importante tener en cuenta que, aunque este signo es muy
típico del taponamiento cardíaco, también puede aparecer en
la pericarditis constrictiva, TEP, asma grave, EPOC, etc.
- Signo de Kussmaul: aunque es típico de la pericarditis constrictiva,
también puede aparecer en el taponamiento.

Figura 2. Presión venosa yugular aumentada en paciente con taponamiento cardíaco.


Diagnóstico
- Cuadro clínico: diagnóstico de sospecha.
- Radiografía de tórax: gran aumento de la silueta cardíaca,
con forma de "cantimplora".
- Electrocardiograma:
• Alternancia eléctrica (alternancia en la amplitud de las
ondas P, QRS y T).
• Disminución de la amplitud del complejo QRS que varía
latido a latido.
- Ecocardiograma: es el estudio más sensible y específico
para confirmar el diagnóstico (MIR 05, 27). Detecta un movimiento
paradójico de la pared del corazón.


Figura 3. Radiografía de tórax de un taponamiento cardíaco. Silueta cardíaca con morfología "en cantimplora".

Figura 4. Ecocardiografía de un taponamiento cardíaco.

REGLA MNEMOTÉCNICA

Para recordar las manifestaciones del TAPONAMIENTO
CARDÍACO, recuerda la siguiente frase:
"PePe toca el Xilófono en los bares de ALTERNE
con un TAPÓN en la boca"
Pulso Paradójico
X profunda en el pulso venoso
ALTERNANCIA eléctrica
TAPONAMIENTO CARDÍACO



Tratamiento
Pericardiocentesis
- Fines diagnósticos: el aspecto macroscópico del líquido pericárdico
orienta al diagnóstico (MIR).
- Fines terapéuticos: la evacuación de un derrame pericárdico
es una medida de urgencia y salvadora en el taponamiento
cardíaco. Se ha demostrado que el taponamiento cardíaco se
puede resolver en aproximadamente el 60% de los casos con
tan sólo realizar una punción pericárdica. En otras ocasiones
es necesario abrir una ventana pericárdica. El resto de los
pacientes requiere tratamiento quirúrgico, sea por falta de
mejoría del cuadro clínico o por recidiva.

Figura 5. Pericardiocentesis. Punción pericárdica (izquierda) y ventana pericárdica (derecha)


Los diuréticos y los vasodilatadores están absolutamente contraindicados
en el taponamiento cardíaco ya que, al disminuir
la precarga, reducen el gasto cardíaco, pudiendo desencadenar
un shock circulatorio.
Sí que es importante, como medida complementaria, expandir
la volemia con suero salino, sangre o dextrano.

Enfermedades Del Pericardio: Pericarditis aguda


TEMA 13 ENFERMEDADES DEL PERICARDIO

ENFOQUE MIR

Tu esfuerzo debe dirigirse al estudio de las características clínicas
de la pericarditis aguda, la etiología más frecuente, así
como a identificar y tratar el taponamiento. No olvides el diagnóstico
diferencial entre la pericarditis constrictiva y la miocardiopatía
restrictiva.


Se llama pericarditis al proceso inflamatorio que afecta al pericardio.
En la fase aguda se produce un exudado que puede
engrosar y fibrosar el pericardio, cronificándose el proceso.


13.1.- Pericarditis aguda

Etiología
Pericarditis aguda viral o idiopática
- Quizás la forma más frecuente.
- Preferentemente en sujetos jóvenes del sexo masculino.
- Está en relación con infecciones por virus de las familias
Coxsackie B (el más frecuente), Echo, Influenza, adenovirus, y
mononucleosis.
- Clínica: se caracteriza por una infección vírica de las vías respiratorias
altas manifestada por un síndrome pseudogripal
(malestar general, fiebre y mialgias) en las semanas previas, al
que se le suman los síntomas producidos por la inflamación
pericárdica.
- Presenta una gran tendencia a la recidiva (25% de los
casos).

Pericarditis post-infarto (síndrome de Dressler)
- Visto en las complicaciones del IAM.

Síndrome de postpericardiotomía (post injuria)
- Tiene una base probablemente inmunológica.
- Aparece en pacientes que han sido sometidos a cirugía cardíaca.
- Cursa con fiebre, dolor precordial de tipo pericárdico, artralgias
y roce pericárdico que puede aparecer en un período
variable de 10 días a varias semanas. Se asocia a pleuritis y
neumonitis.
- Presenta una evolución favorable la mayoría de los casos.
- Suele recidivar (MIR).

Pericarditis bacteriana (purulenta)
- Los factores predisponentes más importantes son el derrame
pericárdico en pericarditis urémica y la inmunosupresión
condicionada por quemaduras extensas, inmunoterapia, linfoma,
leucemia o SIDA.
- Tienen una mortalidad muy alta (70%), generalmente con
una evolución fulminante en pocos días.
- El dolor pericárdico está ausente en la mayoría de los casos.
El cuadro clínico lo dominan la sepsis y el taponamiento cardíaco.
- Son signos diagnósticos de utilidad: importante leucocitosis
con neutrofilia, cardiomegalia radiológica, ensanchamiento
mediastínico.

Pericarditis por conectivopatías
- Aparece preferentemente en:
• LES (20 a 40% de los casos).
• Artritis reumatoide (menos del 10% de los casos).
• Esclerodermia.
• PAN y otras vasculitis.
• Dermatomiositis.

Pericarditis urémica
- Aparece en:
• 32-42% de los pacientes urémicos crónicos.
• 15% de los pacientes sometidos a hemodiálisis crónica.
- La pericarditis urémica constituye un criterio de tratamiento
renal sustitutivo.

Pericarditis neoplásica
- Se puede observar en 5-15% de los pacientes con neoplasias
malignas (cáncer broncogénico, cáncer de mama, leucemia,
linfoma de Hodgkin y otros linfomas).
- Se manifiesta clínicamente por derrame pericárdico hemorrágico
y taponamiento cardíaco.

Pericarditis post-radiación
Es una complicación frecuente en el tratamiento con radioterapia
del linfoma de Hodgkin y del cáncer de mama.
La forma de presentación es una pericarditis aguda en el curso
de los 12 meses siguientes a la radioterapia.

Clínica
- Dolor pericárdico (procedente del pericardio parietal (MIR
99F, 49)): es precordial, continuo, con duración hasta de
varios días. Puede ser intenso, opresivo o como sensación de
quemadura y en ocasiones irradia hacia las regiones supraclaviculares
(sobre todo hacia la izquierda). Sus características
más importantes son:
• Exacerbación franca con los movimientos respiratorios
(sobre todo con la inspiración profunda), con los movimientos
laterales del tórax y el decúbito dorsal.
• Mejora al inclinarse hacia delante.
• Se irradia hacia trapecio (MIR 04, 210; MIR 99F, 50).
- Roce (o frote) pericárdico: es un signo patognomónico de
pericarditis. Desafortunadamente no se escucha en todos los
pacientes con inflamación pericárdica, o puede escucharse
sólo en alguna etapa de la evolución. Se ausculta mejor cerca
del borde paraesternal izquierdo, con el paciente inclinado
hacia adelante y en espiración.
- Derrame pericárdico: la inflamación del pericardio de cualquier
etiología puede condicionar la acumulación de líquido
en la cavidad pericárdica y la sintomatología dependerá de la
cantidad y de la velocidad con que se acumule líquido en el
saco pericárdico.
- Puede haber fiebre.

Diagnóstico
- El cuadro clínico ayuda a sospechar el compromiso pericárdico
por las características del dolor y la aparición del roce
pericárdico.
- Electrocardiograma:
• Es característico la elevación del segmento ST en "colgadura", es decir, cóncavo hacia arriba en todas las derivaciones.

• A lo largo de los días, el segmento ST vuelve a la normalidad,
y se negativizan las ondas T.
• Descenso del segmento PR (signo más específico).
• Disminución del voltaje del QRS.
- Radiografía de tórax: cardiomegalia global con pérdida de
los bordes normales del corazón. Si el derrame pericárdico es
muy importante, condiciona la típica "imagen en cantimplora
o en tienda de campaña", muy sugestiva.
- Ecocardiograma: es el estudio más usado y eficaz para el
diagnóstico de derrame pericárdico (MIR 99F, 55), y puede
ayudar a dilucidar con toda certeza si la presencia de una cardiomegalia
radiológica se debe a dilatación de las cavidades
o a la presencia de derrame pericárdico y su cantidad en
forma aproximada.
- Laboratorio: puede haber elevación de la CPK e incluso de
la troponina por afectación del miocardio subyacente.

Figura 1. Pericarditis. Elevación difusa del ST "en colgadura" (flechas). Apréciese también el descenso del ST.


Tratamiento
- El tratamiento deberá ser etiológico, siempre que sea posible.
- En la pericarditis viral y en el síndrome postpericardiotomía,
ofrece buenos resultados el tratamiento antiinflamatorio (3-4 g
de aspirina diarios, 600-800 mg/día de ibuprofeno, o 75 mg de
indometacina diarios). En casos rebeldes al tratamiento se pueden
administrar esteroides: prednisona 30 a 60 mg/día, durante
5 días y luego reducir gradualmente la dosis. El fármaco más
eficaz para la prevención de recidivas es la colchicina y, en caso
de que éstas sean frecuentes y rebeldes, está indicada la pericardiectomía.
Debe evitarse el uso de anticoagulantes porque
incrementan el riesgo de transformación hemorrágica.
- En la pericarditis postinfarto el tratamiento es sintomático
con analgésicos, ya que la administración de esteroides o
antiinflamatorios evita la cicatrización y complica la evolución

del infarto porque favorece la expansión del infarto y la ruptura

de la pared ventricular.
- En la pericarditis urémica con derrame debe hacerse punción
y administración de antiinflamatorios no esteroideos o
corticoesteroides. En caso de recidiva será necesaria la decorticación
pericárdica (20% de los casos).




RECUERDA

La causa principal de pericarditis aguda es la infección
por Coxsackie B.
En el MIR, ante un paciente con dolor torácico + elevación
del ST, debes pensar en tres entidades posibles:
- Pericarditis aguda: ↑ ST cóncavo y difuso, descenso del PR
(signo más precoz).
- IAM: ↑ ST convexo, localizado.
- Angina de Printzmetal: el ST vuelve a la posición basal tras
la administración de nitroglicerina.
El mejor método para diagnosticar:
- Derrame pericárdico → ecocardiograma.
- Pericarditis aguda → ECG.
Recuerda que en la pericarditis aguda no deben
administrarse anticoagulantes por el riesgo de
transformación hemorrágica.




Insuficiencia Cardíaca: Transplante cardíaco

12.7.- Transplante cardíaco

Cuando la respuesta de la insuficiencia cardíaca a las medidas
comentadas anteriormente no es adecuada, se considera
refractaria al tratamiento y obliga a estudiar la posibilidad del
transplante cardíaco. Las causas más frecuentes de insuficiencia
cardíaca subsidiarias de transplante son la miocardiopatía
dilatada de origen isquémico y la idiopática.
El paciente debe encontrarse en insuficiencia cardíaca grave e
irreversible (clase IV), con una expectativa de vida a corto plazo
inferior a 6 meses y un límite de edad que suele fijarse en los
50 años (contraindicación relativa). También serán candidatos
los pacientes con insuficiencia cardíaca en clase funcional de la
NYHA II-III con factores de mal pronóstico (MIR 01F, 255):
- Aumento de catecolaminas circulantes.
- Hiponatremia.
- FE = 20%.
- Aumento de la presión capilar pulmonar y de la presión telediastólica
del ventrículo izquierdo.
- Aumento de las resistencias vasculares periféricas.
- Arritmias graves.
- Consumo de O2 < 14 ml/Kg/min (el más importante).

Contraindicaciones
- Hipertensión pulmonar severa e irreversible con vasodilatadores
(pues produciría insuficiencia cardíaca derecha en el postoperatorio
inmediato al tratarse de un ventrículo derecho no adaptado
a esas presiones).
- Enfermedades del parénquima pulmonar: EPOC o enfermedades
restrictivas severas.
- Infecciones por VIH (para algunos grupos no es una contraindicación
absoluta).
- Diabetes mellitus insulino-dependiente con lesión de órgano
diana (retinopatía, nefropatía o vasculopatía periférica).
- Consumo activo de alcohol o drogas.
- Enfermedades extracardíacas potencialmente letales: insuficiencia
hepática o renal graves, neoplasias malignas.
- Contraindicaciones relativas: infarto pulmonar reciente,
infección por VHC en ausencia de hepatopatía grave, diabetes
mellitus sin lesión de órgano diana, insuficiencia renal
moderada, infección activa, ulcus activo, obesidad mórbida,
caquexia, factores psicosociales, etc.

Complicaciones
Rechazo
- Hiperagudo: por anticuerpos preformados contra el sistema
ABO o HLA.
- Agudo: infiltrado de linfocitos T en el endocardio; suele ser
asintomático o provocar clínica inespecífica leve. Aparece
antes del primer año.
- Crónico: se produce por alteración de la circulación coronaria.
Aparece más tardíamente.
El diagnóstico del rechazo se realiza mediante la biopsia endomiocárdica
periódica del ventrículo derecho.
Para prevenir y tratar el rechazo utilizamos distintos inmunosupresores
como ciclosporina A, azatioprina, micofenolato mofetilo,
tacrolimus o corticoides (MIR 05, 222). El inconveniente
de estos fármacos radica en el aumento de la incidencia de
aparición de infecciones, tumores (cutáneos, linfomas no
Hodgkin tipo B, extraganglionares relacionados con el VEB),
osteoporosis, HTA insuficiencia renal, etc. Últimamente también
se ha usado el diltiazem y estatinas.
Infecciones
- Primer mes: infecciones bacterianas debidas al uso de inmunosupresores.
- 1-6 meses: infecciones oportunistas, de las que destaca el

CMV. Otras son VEB, VVZ, VHS, Candida, Aspergillus…
- Más de 6 meses: infecciones similares a cualquier otra patología
debilitante.

Arterioesclerosis coronaria del injerto
En forma de muerte súbita o infarto silente (el corazón transplantado
es un corazón denervado por lo que la isquemia no
produce dolor). Aumentan su incidencia la existencia de rechazo
previo, la infección previa por CMV y las dislipemias.
Reducen su aparición el tratamiento con pravastatina y con diltiazem.

Insuficiencia Cardíaca: Tratamiento de la insuficiencia cardíaca

12.6.- Tratamiento de la insuficiencia cardíaca

Insuficiencia cardíaca crónica

Medidas generales
- Restricción de sal: es una medida básica y reduce la necesidad
de tratamiento diurético.
- Ejercicio físico regular: dentro de las limitaciones impuestas
por la enfermedad.
- Limitar o evitar, especiamente en la miocardiopatía alcohólica,
el consumo de alcohol, y en todos de AINES (MIR 07, 252), que pueden provocar deterioro de la función renal y ventricular.
- Control riguroso de la tensión arterial, del peso, como dato
de aumento de la congestión, y del resto de factores de riesgo

cardiovascular.
Tratamiento etiológico
- Se debe intentar tratar, en la medida de lo posible, la causa
de la disfunción cardíaca: perseguir la revascularización completa
en la cardiopatía isquémica, cirugía en las valvulopatías,
control estricto de la tensión arterial en la cardiopatía hipertensiva,
etc.
Tratamiento farmacológico (MIR 04, 252)
Los principios del tratamiento de la insuficiencia cardíaca son:
- Prevenir el deterioro de la función cardíaca.
- Disminuir el trabajo cardíaco.
- Mejorar la contractilidad.
- Prevenir la muerte súbita (sobre todo por arritmias ventriculares).
- Identificar a los pacientes candidatos a transplante.
1. Prevenir el deterioro de la función cardíaca: la activación
de los diferentes sistemas que se produce en la insuficiencia
cardíaca como mecanismo de compensación, tiene a
largo plazo efectos deletéreos. Se deben emplear los fármacos
que antagonicen estos sistemas:
• IECAS:
- Son vasodilatadores mixtos (arteriales y venosos): disminuyen
la precarga por efecto venodilatador (por lo que
mejoran la congestión) y disminuyen la postcarga al reducir
la tensión arterial.
- Mejoran la supervivencia (MIR 03, 252; MIR 98, 112).
- Disminuyen la progresión a insuficiencia cardíaca en
pacientes asintomáticos con disfunción ventricular izquierda.
- Frenan el remodelado y disminuyen la muerte súbita.
- Son tratamiento de elección en la miocardiopatía dilatada
(MIR 01, 45; MIR 98F, 87).
- Su uso debe ser precoz, incluso en pacientes con insuficiencia
cardíaca aguda siempre y cuando la tensión arterial
lo permita.
- Se comienza con dosis bajas y se van subiendo progresivamente
para mejorar la tolerancia.
• ARAII:
- Se dan en pacientes con intolerancia a los IECAS.
- No son más eficaces que los IECAS.
- Menor incidencia de tos y angioedema que los IECAS (no
de hiperpotasemia).
• Betabloqueantes:
- Mejoran la supervivencia (MIR 06, 37). Los que lo han
demostrado son el carvedilol, bisoprolol y el metoprolol.
- Mejoran la función ventricular y, al igual que los IECAS,
frenan el remodelado y disminuyen el riesgo de muerte
súbita.
- Se debe comenzar con dosis bajas e ir titulando progresivamente.
Debe comenzarse su administración cuando el
paciente se encuentre estable, porque, al ser inotropos
negativos, pueden precipitar o exacerbar una insuficiencia
cardíaca aguda.
- En los pacientes con insuficiencia cardíaca reagudizada
que toman betabloqueantes, si la situación clínica lo permite,
es preferible disminuir la dosis del fármaco a retirarlo
completamente.
• Espironolactona, eplerrenona:
- Aumentan la supervivencia sobre todo en clases avanzadas
(insuficiencia cardíaca grave).
2. Disminución del trabajo cardíaco:
• Disminución del la postcarga: vasodilatadores: Hidralazina
+ nitratos. Se utilizan cuando no se toleran los IECAS ni los
ARAII. Disminuyen la mortalidad cuando se administran
combinados.
• Disminución de la precarga: diuréticos. Son el tratamiento
sintomático, ya que no han demostrado aumentar la superviviencia
(excepto la espironolactona, que lo hace a dosis
bajas por bloqueo neurohormonal, con escaso efecto diurético).
Por tanto, su uso debe ajustarse en función del sobrecarga
de volumen del paciente. Dosis excesivas pueden llevar
a depleción de volumen, con bajo gasto e hipotensión
(MIR 06, 252). Existe el riesgo de trastornos electrolíticos;
especialmente frecuentes son la hipopotasemia, secundaria
a tiazidas y diuréticos de asa, y la hiperpotasemia por tratamiento
con espironolactona.
3. Aumento de la contractilidad: inotropos positivos:
• Digoxina: especialmente indicada en pacientes con insuficiencia
cardíaca y FA. En pacientes con insuficiencia cardíaca
y en ritmo sinusal no muestra beneficio en cuanto a mortalidad
pero sí una reducción en los ingresos hospitalarios
(MIR 05, 24; MIR 02, 43).
• Dobutamina o dopamina: cuando existe retención hidrosalina
severa con refractariedad al tratamiento diurético (la
dopamina a dosis bajas tiene efecto diurético) y en situaciones
de hipotensión sostenida o shock cardiogénico. Se usan
en infusión iv. (+/- furosemida en perfusión continua). Su
uso prolongado se asocia a aumento de la mortalidad,
sobre todo en relación a arritmias cardíacas.
4. Prevenir la muerte súbita:
• Antiarrítmicos: no existen datos que justifiquen el tratamiento
de las arritmias ventriculares asintomáticas (MIR
98F, 101). Los pacientes con síntomas secundarios a taquicardias
ventriculares, bradicardias o síncopes cardíacos
deben ser sometidos a estudios específicos. Pueden usarse
la amiodarona y los betabloqueantes como antiarrítmicos (el
resto aumenta la mortalidad), aunque su papel en la insuficiencia
cardíaca no está todavía claramente establecido.
• Desfibrilador automático implantable (DAI): en casos
seleccionados también puede considerarse la implantación
de un desfibrilador automático. Está indicado en pacientes
recuperados de muerte súbita por fibrilación ventricular,
taquicardia ventricular sincopal o con mala tolerancia hemodinámica
y en los pacientes con infarto previo con FE severamente
deprimida. Es un dispositivo que ha demostrado
disminuir la mortalidad, pero dado su elevado coste, la
selección de los pacientes debe ser adecuada.
5. Otros:
• Disfunción diastólica: es la insuficiencia cardíaca que aparece
en individuos con corazón no dilatado y con FE normal,
en los que el problema es el llenado diastólico ventricular
por disminución de distensibilidad y restricción miocárdica
(hipertrofia ventricular en la cardiopatía hipertensiva, miocardiopatías
restrictiva e hipertrófica…) (MIR 97F, 53). La
distinción entre fallo sistólico y diastólico no es sólo útil para
comprender la fisiopatología de la insuficiencia cardíaca,
sino también para orientar la terapéutica. En la insuficiencia
cardíaca por fallo diastólico el objetivo es mejorar la relajación
ventricular sin una reducción significativa del gasto cardíaco.
Para ello es preciso utilizar con cautela los diuréticos
y nitratos, para evitar disminuir en exceso la precarga. Los
bloqueantes del calcio y betabloqueantes son los fármacos
de elección (disminuyen la frecuencia cardíaca y relajan el
miocardio favoreciendo el llenado diastólico) (MIR 00F, 55).
La entrada en fibrilación auricular suele tener un efecto particularmente
deletéreo en estos pacientes (el llenado suele
depender en gran medida de la contracción auricular). (MIR
98F, 94). A la luz de los últimos estudios el candesartán
(ARAII) se posiciona también como un fármaco de elección
en la insuficiencia cardíaca diastólica aislada.
• Dicumarínicos: se recomienda en pacientes con insuficiencia
cardíaca con alto riesgo embolígeno: trombo intraventricular
y/o fibrilación auricular crónica.
• Calcioantagonistas: se usan como antianginosos o antihipertensivos
en pacientes con insuficiencia cardíaca, pero
habitualmente empeoran la sintomatología y tienen efectos
adversos en la supervivencia. Por tanto, no pueden considerarse
fármacos seguros ni efectivos para el manejo de la
insuficiencia cardíaca (MIR 03, 103).


Nuevo tratamiento: resincronización cardíaca
En los pacientes con insuficiencia cardíaca es frecuente la presencia
de alteraciones de la conducción del impulso eléctrico
(bloqueo de rama izquierda, QRS ensanchado) que provocan
una contracción no coordinada del corazón (asincronía), con
consecuencias hemodinámicas perjudiciales y que se asocian a
un peor pronóstico. Para mejorar esta situación se idearon los
dispositivos de resincronización cardíaca. El dispositivo es un
marcapasos tricameral (con un cable en aurícula derecha, ventrículo
derecho y otro en el ventrículo izquierdo a través del
seno coronario) que produce una estimulación biventricular
que reduce la asincronía tanto intra como interventricular. El
resincronizador cardíaco está indicado en pacientes con baja FE
y QRS ancho, con mala clase funcional a pesar del tratamiento
médico y que no son candidatos a trasplante o como alternativa
a éste. El resincronizador cardíaco ha demostrado mejorar
la clínica, disminuir el número de ingresos y, según los últimos
estudios, la mortalidad. El resincronizador puede llevar asociado
un desfibrilador automático.

Tratamiento quirúrgico
La cirugía está justificada en los pacientes con episodios recurrentes
de isquemia y en aquellos con deterioro sintomático
progresivo por valvulopatías.
El transplante cardíaco es un tratamiento efectivo pero restringido
a aquellos pacientes con insuficiencia cardíaca severa
refractaria al tratamiento habitual, en los que el riesgo y el
gasto estén realmente justificados.

Unidades de insuficiencia cardíaca
Son unidades multidisciplinares compuestas por cardiólogos,
médicos de atención primaria, internistas, psicólogos y enfermeras
especializadas. Su objetivo es realizar un seguimiento
estrecho de los pacientes, educándoles en su enfermedad,
para tratar y detectar precozmente las reagudizaciones. Se le
explica al paciente los síntomas a los que debe estar atento, la
importancia de llevar un registro correcto de su peso y, en ocasiones,
se le adiestra para ajustar ellos mismos el tratamiento
diurético si se produce elevación del peso. Los resultados son
asombrosos, con una notable disminución del número de
ingresos estimándose que hasta 2/3 de los ingresos podrían ser
evitados. Los pacientes que reingresan lo hacen más precozmente
por lo que disminuye también la estancia media, los costes
sanitarios y mejoran la situación funcional.

RECUERDA

Los tres pilares donde reside el tratamiento farmacológico
de la insuficiencia cardíaca son los betabloqueantes, los diuréticos
y los IECAs (MIR 04, 201).
Han demostrado disminuir la mortalidad en la insuficiencia
cardíaca sistólica:
- IECAS, ARAII e hidralacina más nitratos.
- Betabloqueantes.
- Espironolactona.
- Resincronización cardíaca.
- Desfibrilador automático implantable.
La digoxina, aunque mejora la clínica y disminuye el número
de ingresos, no ha demostrado disminuir la mortalidad.


Insuficiencia cardíaca aguda: edema agudo de pulmón y fallo miocárdico severo
La monitorización básica inicial incluye el registro electrocardiográfico
continuo, la toma frecuente de la presión arterial, la
pulsioximetría y un registro horario de la diuresis. Debe canalizarse
inmediatamente al menos una vena periférica y extraer
muestras para el examen bioquímico (incluyendo CPK y troponina),
hemograma y estudio de la coagulación. Cuando la
situación clínica lo permita, se efectuará una punción arterial
para análisis gasométrico y, en algunos casos seleccionados de
hipotensión refractaria, un cateterismo de la arteria pulmonar
con un catéter de Swan-Ganz.

Figura 6. Catéter de Swan-Ganz. El extremo del catéter va provisto de un globo que, al hincharlo en la arteria pulmonar, avanza hasta enclavarse en los capilares pulmonares y registra la presión capilar pulmonar (por este motivo la presión capilar pulmonar también se llama presión de enclavamiento).


Tratamiento (MIR 00, 100)
- Reposo y posición semisentada, si es posible con las piernas
colgando.
- Sedoanalgesia: importante en los pacientes con disnea o
dolor torácico. La morfina se recomienda en el tratamiento
del edema agudo de pulmón ya que disminuye el nivel de
catecolaminas circulantes y tiene un efecto venodilatador,
con lo que mejora la congestión y la disnea.
- Oxígeno: la FiO2 debe regularse para mantener saturaciones
en torno al 95%.
- Furosemida iv.: el efecto comienza 15 minutos tras la
administración intravenosa; el efecto venodilatador se consigue
con dosis menores y no es dosis dependiente. Si se pretende
una diuresis mayor puede añadirse un diurético tiazídico
o similar que, al disminuir la reabsorción tubular de sodio,
amplifican el efecto de la furosemida en el asa de Henle
(ambos diuréticos tienen efecto sinérgico).
- Si PAS >90-100 pueden ser útiles la nitroglicerina iv. que
disminuye la presión venosa y el retorno venoso. El nitroprusiato
tiene, como la nitroglicerina, efecto vasodilatador mixto
pero con ligero predominio sobre el lecho arterial. A diferencia
de aquélla, su efecto coronariodilatador favorece el fenómeno
de "robo coronario", por lo que en la insuficiencia cardíaca
aguda de origen isquémico es preferible el uso de nitroglicerina.
- Inotropos: aumentan la contractilidad miocárdica. Existen
distintos grupos farmacológicos:
1. Aminas simpaticomiméticas (dobutamina, dopamina,
noradrenalina): actúan sobre los receptores ß, aumentando
el AMPc que induce la entrada de calcio en la célula. La
dopamina posee además cierto efecto diurético. El problema
de las aminas simpaticomiméticas es que su uso prolongado
se asocia a mayor mortalidad, en relación a arritmias cardíacas.


2. Los inhibidores de la fosfodiesterasa (milrinona, amrinona):
inhiben la degradación del AMPc.
3. Glucósidos cardiotónicos (digital).
4. Agentes sensibilizantes del calcio (levosimendan): en los
últimos tiempos se ha extendido el uso del levosimendan en
la insuficiencia cardíaca crónica reagudizada. No parece ser
tan proarrítmico como las aminas simpaticomiméticas y no
parece aumentar la mortalidad. No debe utilizarse en casos
de hipotensión arterial mantenida.
- Otros:
Betabloqueantes: han sido utilizados en algunos casos
de edema agudo de pulmón por estenosis pulmonar severa.
En general, están contraindicados en la insuficiencia cardíaca
aguda.
Antiarrítmicos: no han demostrado disminuir la mortalidad.
Balón de contrapulsación aórtico: se utiliza en casos
muy graves de fallo miocárdico severo refractario a las otras
medidas farmacológicas, como es el caso del shock cardiogénico,
las complicaciones mecánicas del IAM, como la
rotura del tabique o de los músculos papilares con insuficiencia
mitral severa, etc. Consiste en la introducción a través
de la arteria femoral de un catéter provisto de un balón
hasta la aorta descendente, distal a la salida de la subclavia
izquierda. El balón permanece en reposo durante la sístole,
permitiendo el paso de sangre hacia la circulación general,
y se hincha en la diástole, desplazando la sangre por detrás
hacia las coronarias (mejorando así la perfusión miocárdica)
y por delante hacia el sistema periférico. Al desinflarse produce
un efecto de reducción de la postcarga y eleva el gasto
cardíaco (MIR 03, 91). Al mejorar el riego coronario, también
está indicado en pacientes con angina refractaria al tratamiento
no susceptible de revascularización o en espera de
ésta. Debido a su lugar de colocación, está contraindicado
en presencia de insuficiencia aórtica y en la disección de
aorta (MIR 06, 28).


Figura 7. Balón intraaórtico de contrapulsación.


Corazón artificial
Son mecanismos complejos que hacen las veces de bomba de
perfusión, impulsando artificialmente el gasto cardíaco desde
las aurículas hacia las arterias correspondientes. Han de ser
colocados en quirófano, por lo que su uso queda restringido a
situaciones muy especiales, como los fallos post-quirúrgicos.
Tienen una duración limitada.
Se deben tener siempre presentes aquellas situaciones patológicas
que precisan una intervención inmediata. Es fundamental,
por su frecuencia, el diagnóstico de los síndromes coronarios
agudos (infarto agudo de miocardio y angina de pecho),
que podrían beneficiarse de la revascularización farmacológica
(fibrinolíticos) o instrumental (angioplastia o bypass).